Póster Salmos 114 presencia de Hashem

El Zóhar nos dice que una de las primeras creaciones de Dios fue el alfabeto hebreo de veintidós letras. Pero estas letras son mucho más que simples símbolos de comunicación que luego serían utilizadas en la escritura. En el universo metafísico, cada letra transfiere un increíble poder desde el Mundo Superior a nuestra dimensión física. Sin embargo, sólo una tenía los atributos necesarios para activar el evento cósmico que impulsaría el mundo invisible a la realidad material. Como muchos saben, la letra Bet fue escogida. Es la primera letra de la primera historia del primer libro de los Cinco Libros de Moshé. Los kabbalistas enseñan que el alfabeto hebreo, que en hebreo es llamado “ivrit” proviene de la raíz “lavir” que significa “transferir”. Las letras son como cables, una tecnología para transferir la energía desde la Luz de Dios hasta el mundo físico. La alegoría de las letras presentando sus respectivos casos por el papel principal en el proceso creativo de Dios es el plano por el cual a creación fue posible. Rav Berg ilustra la simiente de la Kabbalah, y poéticamente revela el significado espiritual y la historia de cada una de las veintidós letras: ¿Cómo y por qué fueron creadas? ¿Y qué energía nos transmiten? p>El Rav ilumina uno de los problemas más molestos de la era actual de los cuarks, cuásares y la mecánica cuántica en este tiempo en que los científicos se unen mano a mano.

De acuerdo con la sabiduría ancestral de la cábala, los números son mucho más que meros signos matemáticos y las letras mucho más que códigos que sirven para formar palabras y nombrar objetos y personas. Cada número esconde tras de sí un mundo entero y cada letra hace referencia a maravillas y perlas de sabiduría. Sin comprender lo que los números y las letras enseñan, deambulamos por un mundo mudo que no tiene nada para decirnos y que no despierta nuestro verdadero interés. En este libro, el rabino Shlezinger nos invita a descubrir lo que la cábala nos enseña acerca del misterio de los números y las letras.